Qué es

La cocaína o clorhidrato de cocaína, es un polvo normalmente blanco extraído de las hojas de la planta de coca, un arbusto que crece en Sudamérica, y actúa como estimulante del Sistema Nervioso Central.

Según el informe clínico del Plan Nacional sobre Drogas la cocaína es la segunda droga ilegal más consumida después del cannabis en nuestro país.

La cocaína es un potente estimulante del Sistema Nervioso Central que provoca un efecto euforizante pero cuyo consumo abusivo deriva en confusión mental y taquicardias y en un deterioro general de la actividad cerebral y del organismo.

La tenencia y el tráfico de cocaína están perseguidos por la ley y puede provocar condenas de privación de libertad.

 

Cómo se consume

  1. ESNIFADA: es la forma más común de consumo y se realiza absorbiendo cocaína por las fosas nasales y a través de estas entra en la corriente sanguínea que la lleva al cerebro. Tubitos, papelas, y rayas son las herramientas para esnifar cocaína.
  2. FUMADA: en este caso se utiliza pasta de coca, conocida como basuko, que se mezcla con el tabaco o marihuana o humedeciendo el papel de los cigarros.
  3. INYECTADA: es la forma más peligrosa y menos común de consumo de cocaína. Debido a la rapidez por la que entra en la sangre y llega al cerebro, la sustancia genera una dependencia muy alta. Además a través de este método se pueden contagiar enfermedades como son la Hepatitis B o el SIDA.
  4. INGERIDA: es la modalidad de consumo de la hoja de coca en sus países de origen, antes de su manipulación en los laboratorios.

 

Los efectos de la coca

Los primeros consumos de cocaína suelen provocar euforia, clarividencia y agudeza mental. Por esta razón, la cocaína se utiliza para entablar relaciones sociales debido a sus efectos deshinibidores y de auto confianza. Sin embargo, conforme se hace más frecuente el consumo de cocaína sus efectos son menos intensos y duraderos. El deseo de conseguir los efectos deseados hace que los consumos se intensifiquen, se incrementen las dosis y se haga cada vez más frecuente en periodos de tiempo cada vez más cortos.

Por esta razón, los consumos recreativos pueden convertirse muy fácilmente en consumos ansiosos y compulsivos que en poco tiempo terminarán provocando confusión mental, tensión e incluso agresividad.

A corto placo, el consumo de coca provoca de forma alternativa subidas y bajones que afectan al estado de ánimo del consumidor. Tras el subidón de la raya, el bajón aparece a la media hora después de su consumo produciendo ansiedad y/o cansancio, tristeza, y/o confusión mental.

Respecto a la combinación de alcohol y cocaína, el objetivo que se persigue normalmente es el de neutralizar las consecuencias depresoras del alcohol, la borrachera, con los efectos estimulantes de la cocaína. Se produce así un círculo vicioso en el que el consumo abusivo de alcohol interacciona con la necesidad compulsiva de consumir cada vez más cocaína lo que puede llegar a provocar sobredosis, taquicardias e incluso fallos cardíacos.

Además la reacción química que provocan ambas sustancias en el hígado da lugar al etileno de cocaína que a corto plazo incrementa la sensación de ansiedad y a largo plazo provoca el deterioro del organismo.

 

Consecuencias del consumo

Cuando los consumos de cocaína se prolongan a lo largo del tiempo, la reacción del cuerpo a la cocaína cambia radicalmente provocando un deterioro general del organismo y afecta especialmente al hígado, corazón, cerebro, pulmones y tabique nasal. A corto plazo, los riesgos más peligrosos de la cocaína por el peligro de la sobredosis se ponen de manifiesto en el aumento de la presión sanguínea y del ritmo cardíaco que puede llegar a provocar taquicardias e infartos de corazón. A nivel psicológico, la coca afecta y altera el funcionamiento de los neurotransmisores del Sistema Nervioso Central provocando un estado general de exaltación. Con el tiempo, la coca acaba alterando el funcionamiento normal del sistema nervioso lo que puede llegar a provocar patologías como los ataques de pánico y paranoias que pueden terminar dando lugar a problemas de insomnio crónico y depresión.

 

Si decides consumir

La cocaína es una de las sustancias de mayor tolerancia orgánica y psicológica lo que provoca un deseo irreprimible de consumir más para mantener sus efectos. A medida que esta tolerancia aumenta, el consumidor siente la necesidad de consumir cantidades más elevadas para conseguir el mismo efecto. La dependencia psicológica de la cocaína puede llegar a provocar el que no sepamos salir de casa para realizar cualquier tipo de actividad social o recreativa sin cocaína. La paradoja de la coca es que, en realidad, no es una droga recreativa que potencia nuestra capacidad de socialización ya que en el consumidor habitual, la coca termina provocando rigidez, seriedad y prepotencia.

Las adulteraciones son comunes en todas las drogas, pero en la cocaína son mucho más importantes.

 

Existen dos maneras de cortar la cocaína

  1. Añadiéndole sustancias inactivas que se usan para dar peso, como la lactosa, talco, bórax, el Manitol (un laxante) o cualquier otra sustancia que se parezca a la cocaína.
  2. Para equilibrar la fuerza perdida con estos cortes inactivos se les suelen añadir otras sustancias activas como pueden ser los excitantes (anfetaminas en polvo) para que tenga una subida fuerte, o los congelantes, para imitar el efecto de anestésico local de la auténtica cocaína.

 

Reducción de riesgos

La coca es una droga muy egoísta con una enorme capacidad de generar dependencia psicológica. Hay que evitar el consumo reiterado para impedir que su consumo se convierta en imprescindible a la hora de salir por las noches o reunirte con tus amigos.

No consumas cocaína para evadirte de tus problemas personales, la ansiedad y el carácter obsesivo y compulsivo de sus consumos sólo radicalizará tu sensación de agobio y puede convertir tus problemas en paranoias.

Si consumes, alterna las fosas nasales para evitar las hemorragias que puedan llegar a colapsar el tabique nasal causando un paro respiratorio.

Si decides consumir, trata de usar tu propio rulo y así evitarás que puedan transmitirte enfermedades infecciosas a través de la sangre.

Para eliminar los restos que se quedan en la nariz, aspira agua de solución salina.

Evita consumir si padeces enfermedades cardiovasculares, ansiedad, depresión, psicosis, esquizofrenia, epilepsia, hipertiroidismo, enfermedades del hígado y/o del riñón y glaucoma. Evita también si estás consumiendo algún tipo de medicación.

 

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